
El primer día de clase, como sabemos todos, es el peor. No conocemos a nadie, nos encontramos con un entorno nuevo y nos sentimos extraños. Es importante que en esta primera clase los alumnos se conozcan entre sí, que pierdan sus miedos ante los compañeros de una manera natural y amena.
A mí, en particular, hay una clase que me funciona muy bien para estos primeros días: la clase del mapa mundi. Por supuesto, necesitaremos un mapa mundi y chinchetas o algo semejante para poder hacer señales sobre él. La actividad consiste en que cada alumno se levante libremente y señale a sus compañeros en el mapa el lugar de dónde vienen y, si es posible, que digan lo que les venga a la cabeza sobre él. Es recomendable que el profesor sea el primero en hacerlo, de hecho, en los niveles más básicos se hace imprescindible.
Es una actividad comprobada que funciona desde los niveles más altos hasta con gente que no entiende absolutamente nada. Para estos últimos también nos podríamos apoyar en una estrella en la pizarra en la que indicáramos nuestro nombre, país, ciudad, algún adjetivo descriptivo... Muchas veces los alumnos con menos recursos lingüísticos recurrirán a su idioma y hablarán de su país y cultura a sus compañeros sin que nadie entienda nada, pero lo importante es soltarse y perder el miedo ante unas clases tan numerosas; el aprendizaje de la lengua lo reservaremos para otras sesiones.
La duración de la actividad es muy variable, depende de niveles y del número de alumnos que tengamos en clase.
A mí, en particular, hay una clase que me funciona muy bien para estos primeros días: la clase del mapa mundi. Por supuesto, necesitaremos un mapa mundi y chinchetas o algo semejante para poder hacer señales sobre él. La actividad consiste en que cada alumno se levante libremente y señale a sus compañeros en el mapa el lugar de dónde vienen y, si es posible, que digan lo que les venga a la cabeza sobre él. Es recomendable que el profesor sea el primero en hacerlo, de hecho, en los niveles más básicos se hace imprescindible.
Es una actividad comprobada que funciona desde los niveles más altos hasta con gente que no entiende absolutamente nada. Para estos últimos también nos podríamos apoyar en una estrella en la pizarra en la que indicáramos nuestro nombre, país, ciudad, algún adjetivo descriptivo... Muchas veces los alumnos con menos recursos lingüísticos recurrirán a su idioma y hablarán de su país y cultura a sus compañeros sin que nadie entienda nada, pero lo importante es soltarse y perder el miedo ante unas clases tan numerosas; el aprendizaje de la lengua lo reservaremos para otras sesiones.
La duración de la actividad es muy variable, depende de niveles y del número de alumnos que tengamos en clase.
1 comentari:
Hola sonia!!!soy belen, te escribo desde Brighton, una ciudad encantadora. Yo tambien di clases de espanyol a inmigrantes y utilize unos manuales muy interesantes para ensenyar espanyol a analfabetos. Son de caritas, los tienes en la biblioteca de humanidades. No recuerdo el nombre pero son dos libros, uno de lecto-escritura (con el manual xa el profe) y otro de expresion-interaccion oral (con el manualxa el profe tb), era algo como alfabetizacion para inmigrantes o algo asi. Con que pongas caritas en el buscador y alfabetizacion bastara. A mi me resultaron muy interesantes xq estan muy adaptados a sus necesidades. Mira a ver q tal. Bueno te mando un beso muy fuerte, y dale otro a lluis de mi parte. Muy bonito este proyecto!!!ciao bella
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